LA GUERRA CONTRA LOS EGOS


LA GUERRA CONTRA LOS EGOS


Al escribir estas líneas, es como si se vaciara el contenido del envase, y las lágrimas interiores brotaran y bañaran toda mi alma, fruto de la desesperación y el dolor de una gran guerra inevitable entre los yoes (el yo de la lujuria, encabezando el gabinete), el cual latía de forma persistente, mientras los otros yoes perdían fuerza (el yo de la ira, codicia, gula envidia, pereza y orgullo). Sentía que estos se postraban ante mi y los manejaba y les daban sus bofetadas cuando querían aparecer, lo que me daba fuerzas; pero incesantemente luchaba contra el yo de la lujuria, este me golpeaba, me atropellaba y me ubicaba en un lugar donde no era yo quien actuaba sino él, era como un fuerte enemigo que vivía en una fuerte lucha por darme el más doloroso golpe, invocaba repetidamente a la madre divina, pero sentía que ella no me escuchaba, quería ser libre pero este yoe de la lujuria me tenía bajo sus dominio, no podía sentirme tranquilo, porque aunque sabía que estaba en el camino no podía avanzar.

Cuando pensaba que había superado este tormento, volvía a caer en el mismo lugar, invocaba a mi madre divina, porque ya había comprendido que solo no puedo luchar contra este persistente enemigo. Durante cinco o seis meses logré aislarlo de la realización, pero volvía y caía ante él, durante meses peleábamos en el pensamiento, me sentía que había avanzado, pero me hacía caer nuevamente en sus redes mientras yo dormía. Terminé por convencerme cabalmente que él era mucho más fuerte que yo, pero de una forma u otra yo tenía que vencerlo, entonces, fue cuando volví a caer, y en esta caída, empecé a aborrecerme a mi mismo y me di cuenta que esa era la verdadera alma que necesitaba, para luchar en contra de él, ya que si aborrezco el pecado entonces podré luchar en contra de él, de manera contraria, si lo disfruto jamás me dejará libre, pero de manera conciente estoy seguro que sin la ayuda de mi divina madre no podré vencer el yo de la lujuria, que me volvía, un ser asqueroso, pervertido y degradante, que merecía ser amarrado de pies y manos y ser sometido a grandes ajotes, hasta destruir el efecto de los yoes que impiden el avance espiritual.

Luego de que empezara a aborrecer el pecado, duré varios días meditando en la situación en que llevan los yoes a los hombres y mujeres de estos valles de inconformidades, dolor lujuriosas pasiones.

Con esto, se que he empezado una gran guerra, son siete contra uno pero mi meta es con la ayuda de mi divina madre y mi padre intimo, salir triunfador venciendo al más poderoso de los yoes el yoe de la lujuria. Estoy dispuesto a comprarme un par de guantes y un bate para que nos enfrentemos en el rin de la voluntad, pero esta vez quiero ser ayudado por mi madre divina, a la cual le imploro que me de fuerzas e interceda por mi en el tribunal Karmico y que me perdone por todas las veces que he fallado.

Se que esta lucha es fuerte, pero también que necesito el látigo para limpiar el templo expulsando a todos los yoes, para que así pueda morar en el templo el divino padre y lograr mi consagración, a través de un verdadero trabajo con la conciencia despierta y si yo no puedo lograr llegar al nivel, ofrendar mi vida a favor de la obra, ayudando a que otros despierten y puedan entrar a la verdadera sinagoga, donde se profese la verdad...

Los egos me persiguen y no se cuáles sean más fuertes los del pasado o los del presente, en medio de esta lucha, creo que huyendo no podré vencer, pero me hace falta fuerza para enfrentarlos, sólo mi madre divina podrá darme la fortaleza para destruirlos.

Recuerdo un dos del mes cinco, cuando un ego me aplastó.

Recuerdo el 21 del mes ocho cuando el yoe de la ira también me aplastó, y me pregunto por qué me sucede esto, la repuesta tal vez sea un poco dura, el hierro se forja en medio del fuego; después del azote llega el momento de la reflexión y la calma y lo que sucede en el centro, sucederá en los cielos y también en los infiernos y sólo el que se hace fuerte en el centro podrá vencer en los cielos y en los infiernos.

Ahora que mi conciencia está experimentando el despertar la siento juiciosa y le pregunto ¿por qué tanto apego a los placeres materiales y carnales? A pesar de ver un planeta cayéndose por pedazos los egos son tan fuertes que te derrumban con ellos.

En esta lucha, he comprendido que hablamos del pecado, pero aun lo amamos, y mientras sigamos justificándolo él se aprovechará de nosotros y nos hará sus esclavos, si por el contrario llegaréis a aborrecerlo él los dejará libres, y así será más fácil andar en la senda de la verdad o senda del conocimiento y la única manera de aborrecer el pecado es invocando a nuestra madre divina, la cual nos dará la fuerza para apartarnos de él, destruir sus egos y dominarlo, antes que sea él, el que nos domine a nosotros.

Los egos nos llevan a un grado de somnolencia tan elevado que nos saca de la realidad, haciéndonos actuar de manera inconsciente como si sufriéramos de un profundo fanatismo. En ese estado, se encuentran los políticos, los funcionarios, los que aman el dinero, los artistas, los homosexuales, los asesinos, los dictadores, los drogadictos, los fanáticos religiosos, y muchas otras identidades que obedecen a las veces de los egos, ignorando la esencia de Dios en el interior; frutos de estos egos hacen o cometen acciones que si le dan la oportunidad de reflexionar, no creen que en la realidad cometieron tal acción.

Lamentablemente, hay personas que sus egos lo arropan tanto que los hacen perder la vida; como es el caso de jóvenes que se creen superiores, obedecen a sus pensamientos lujuriosos a tal grado que si no consiguen lo que buscan amigablemente caen en la violencia y el maltrato.

Viendo todo esto, al despertar nuestra conciencia tenemos la enorme tarea de pelear con todos los invasores que toman nuestro templo, para desarrollarse como pequeños cuaternarios que entorpecen el objetivo de alcanzar una redención.

¿Qué está sucediendo en el mundo actualmente? Que los egos, aplacan produciendo un verdadero caos.

En mi mundo interior estoy experimentando una series de cambios que me colocan frente a frente a mi propio egos, es difícil reconocer tu grado de debilidad, mucho menos admitir que en nuestros pensamientos predominan más cosas vanas y superfluas, que cosas verdadera, nuestros egos nos estacionan en las gigantes escaleras de las ilusiones, tanto que tenemos amigos de temporadas, pensamos día y noche en diversiones y bebidas alcohólicas, carecemos de nutrientes básicos para nuestro cuerpo físico, mientras con el dinero que conseguimos destruimos nuestro cuerpo; vivimos una infidelidad colectiva, escuchamos a los adolescentes al hablar decir que tienen siete novias al mismo tiempo y peor aun, en muchas ocasiones tienen relaciones sexuales, viéndose obligadas las muchachas a practicarse abortos, otros caen víctima de un cáncer, muchos mueren de SIDA, al final de la vida de cada una de estas o estos, han triunfado los egos, produciéndose un retroceso espiritual, ya que en el individuo no se produjo un despertar de la conciencia y se ven libres del cuerpo y el espíritu o esencia tienen que ir a niveles inferiores, pero existe una salida para cada individuo que esté dispuesto a luchar internamente contra sus egos, cada vez que gane una guerra te hará más fuerte, tu pensamiento experimentará un grado enorme de comprensión, te sentirá uno con la naturaleza y te dará cuenta que somos átomos muy valiosos, pero a la vez ante el poder del universo somos cada vez más pequeños porque mientras más conocemos nos daremos cuenta que aún no sabemos nada.

Ante la madre naturaleza somos biológicamente una manifestación de su energía transformada, que sirve de envase para lograr encarnar nuestro intimo. Igualmente, para unirnos a nuestro Dios, de lo contrario seremos solamente energía fotosintetizada que al final volverá a la misma tierra mientras nuestra esencia continuará atada a las leyes cósmicas y seguiremos en la rueda del sufrimiento, padeciendo enfermedades y dolores.

Cuando se empieza a realizar el trabajo interno, el primer peldaño es nuestra mente, la cual tenemos que trasformarla con la ayuda de nuestra madre divina (o madre íntima) a medida que mejoremos nuestra relación con ella, obtendremos las fuerzas necesarias para luchar contra adversarios internos y vencerlos. A medida que vayamos avanzando iremos experimentando un grado de pensamiento más elevado que nos acerca a la perfección y sobre todo a la comprensión de los secretos del mismo universo, nuestro cosmos se abrirá lentamente para que nuestro íntimo pueda encarnar en nuestros centros mágicos.

Sólo el despertar de conciencia nos hará ver y entender como dicen las sagradas escrituras, el que tiene oído para oír, oiga y el que tiene ojos para ver vea, estas palabras trascienden el sentir del poder biológico y le llevan a la profundidad de los hechos y le hará entender que el verdadero sentido por la vida está cuando despertamos nuestra conciencia, la cual nos hará ver, comprender y entender la grandeza de nuestra señor Jesucristo y el poder del amor universal que mana de nuestro Dios.

Al despertar la conciencia te llevará a un encuentro con el origen y te hará comprender el misterio que han guardado los grandes sabios y te acercará a la verdadera fuente del poder divino; podrás conocer ese camino por el cual se salió del edén y por el cual se podrá volver a entrar al edén.

Sólo cuando experimentemos el despertar podremos encaminarnos a grandes verdades por el razonamiento común, como dijo un gran sabio “hombre conócete a ti mismo y conocerá el universo” como nos enseño nuestro maestro el BUDHA, a ganar la guerra con la voluntad. Igualmente, nuestro señor Jesucristo, nos enseñó a limpiar nuestro templo con el látigo de la voluntad, ya que ésta es la única que nos hará emprender nuestra guerra para destruir nuestros defectos psicológicos.

Amigo, hermano, el camino es complejo a veces difícil, pero tenemos una gran oportunidad para vencer, intentémoslo que las divinidades nos premiarán con las fuerzas necesarias para vencer, no te dejes arropar por las ilusorias y las pasiones terrenales que te llevan al retroceso. Estamos en el mejor momento, aun podemos vencer a nuestros enemigos internos, estos son los peores, si los vencemos, los de afuera perderán su fuerza.

Concéntrate en el más cálido silencio, deja que tu pensamiento acaricie la riqueza de la madre naturaleza, permite que su aire te purifique, que su agua te limpie, deja que sus latidos te eleven a sus entrañas para que así pueda aflorar, mientras respira profundo el aroma de la verdad, que ella esconde en cada gota de agua, que se esfuma con el rocío cuando el sol se levanta.

Sé uno en medio de ese silencio, con la madre naturaleza, eleva tu espíritu hasta que lo sientas libre ¡Libre como el viento! que las ondas cósmicas activen cada átomo de la divinidad y tu interior se sumerja en ese poder cómico que vitaliza la inmortalidad; si logra esto dejarán de existir los obstáculos carnales que te impiden ser uno con el creador, en tu cuerpo físico se desvanecerá el dolor, las enfermedades perderán el sentido y amaras la humanidad, sin ignorar el castigo. Bienaventurados aquellos que en la era de acuario puedan despertar, que el látigo de la voluntad eche fuera a todos los invasores, mercaderes y profanadores de la palabra que tiene el poder de transformar a la humanidad; ámate a ti, ama al prójimo y así amaras a Dios.

No temas al padecimiento, ni a la dolama de tu cuerpo, libera tu espíritu, trabaja por lo que permanece, por la eternidad, destruye y construye como el amor del creador, ¡Dios es amor y fuego consumidor! sólo si con el fuego de Dios destruimos los egos y los yoes dejaremos que nazca el hijo de Dios en nosotros, ese hará realidad el Cristo y con su padecimiento encarnará al intimo, liberando nuestro espíritu.

Cuando la conciencia entienda el misterio del fuego sagrado, empezará la renovación, llegaríamos a ser grandes y a la vez pequeños, por que comprenderíamos que somos parte de una vida universal.

El primer trabajo es en silencio y tenemos que montar el burro lobo de nuestra mente, hasta domarlo. Cuando logremos doblegarlo ante nosotros, podremos controlar nuestra mente, entonces podrá montarse en ella el Cristo transformador, el cual no entraría hasta que no estemos preparados para recibir su grandeza.

Cuando se inicia el verdadero despertar de la conciencia los egos se vuelven verdaderos guerreros que acechan y luchan por no perder su fuerza, atormentar tu mente despertando el apego y sobre todo justificando cada accionar pecaminoso del pasado. Justo en esos momentos debemos ser más fuertes repudiando nuestro pasado, enfrentándolo para aprender de él y no cometer los mismos errores que nos llevan al abismo.

Recuerda, el despertar de conciencia es constante, especialmente en el momento presente, no permita que los egos te duerman y te hagan actuar como bueyes que van al matadero, piensa que este es el momento, estás en el camino de la verdad ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impuso, toda la existencia en el mundo de las ilusiones es pasajera y repetitiva y predomina en ella el dolor y el sufrimiento, libera tu vida mental, adquiere conciencia de los pensamientos que abrigan tu mente y bloquea todo aquello que van en contra del accionar espiritual.

En la medida que logres domar tu mente podrás obtener fuerzas para enfrentar tus egos, y en la medida que controles tus egos podrá penetrar la felicidad en tu mundo, aunque nuestro planeta esté pasando por un verdadero infierno, cada uno tiene que ser un valiente soldado que sepa desenvainar y usar la espada de la voluntad contra nuestros enemigos internos. Si logramos ganar la guerra, llegaremos a la luz y seremos uno con el señor cuando el Cristo nazca en nuestro interior.

Escrito Por Marcial Figuereo

Comentarios

  1. espero que reflexionen en este ensayo, donde podemos encontrar respuestas a muchas incognitas del dia dia.

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